Alerta en Balancán Usumacinta por riesgo de inundaciones

Pobladores en riesgo por ascenso del río

La creciente del río Usumacinta mantiene en alerta a cerca de 3 mil habitantes de la zona ribereña del municipio de Balancán, quienes enfrentan la amenaza de anegaciones que podrían afectar sus hogares, cultivos y actividades económicas.

De acuerdo con Protección Civil municipal, el nivel del caudal aumentó 26 centímetros en las últimas 24 horas, y la situación se complica por la Onda Tropical número 33, que traerá lluvias intensas a la región, con acumulados de hasta 75 milímetros.

Testimonios de la población

“Si el río Usumacinta sigue aumentando su nivel y desborda en las zonas bajas del municipio, causará inundaciones y afectará a varias comunidades ribereñas cuya forma de vida depende de la pesca, agricultura y ganadería”, advirtió Ramiro González, ejidatario y ganadero del ejido Zacatonal, en el poblado Multé.

Las familias campesinas temen perder sus cosechas, situación que no solo las deja vulnerables durante la inundación, sino también meses después, al tener que esperar nuevas siembras para recuperarse económicamente.

Comunidades y colonias vulnerables

Las comunidades más amenazadas son Las Tablas, Multé, Netzahualcóyotl, Bajo Netzahualcóyotl, Buenavista y Vicente Guerrero, donde el desbordamiento del río podría afectar tanto a los cultivos como al ganado.

En la cabecera municipal de Balancán, colonias como El Palenque y Luis Donaldo Colosio también sufren recurrentes anegaciones, recordando lo ocurrido en 2020, cuando un desbordamiento extraordinario del Usumacinta —conocido como “Gran Mono Sagrado”— dejó a miles de damnificados.

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Acciones de prevención y monitoreo

Protección Civil mantiene un monitoreo constante del cauce, mientras que el Instituto de Protección Civil del Estado de Tabasco (IPCET) advirtió que las lluvias en Guatemala podrían generar escurrimientos adicionales hacia el río, aumentando aún más el nivel del agua.

La dependencia llamó a la población ribereña a mantenerse en alerta, atender las indicaciones oficiales y, de ser necesario, desplazarse hacia zonas más seguras.

Además de los daños materiales, la creciente del Usumacinta pone en riesgo la economía local, basada en la pesca, la ganadería y la agricultura. La pérdida de animales, cosechas y viviendas generaría un efecto prolongado en la recuperación de estas comunidades, que cada año enfrentan el mismo desafío sin contar con infraestructura de protección adecuada.

Rita Ortíz
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