Nueva esperanza para personas con retinitis: este fármaco podría cambiarlo todo


La Chispa trae una noticia médica alentadora: surge una nueva esperanza para personas con retinitis, una enfermedad degenerativa que afecta progresivamente las células de la retina responsables de captar la luz. La retinitis pigmentosa, una de las variantes más comunes, puede llevar a una pérdida visual severa o incluso ceguera total. Un reciente estudio de la Universidad de California, Berkeley, sugiere que un medicamento ya aprobado por la FDA podría marcar un antes y un después para quienes enfrentan esta condición.
¿Qué es la retinitis y por qué se produce?
La retinitis implica la muerte de fotorreceptores, las células encargadas de captar la luz y transmitirla al cerebro. Cuando estos bastones y conos mueren, liberan ácido retinoico, una sustancia que provoca hiperactividad en las células ganglionares. Este “ruido” visual interfiere con la percepción correcta de imágenes, como si se tratara de un tinnitus ocular.
Este descubrimiento demuestra que no solo la pérdida celular impacta la visión, sino también el desorden generado por las células que sobreviven. Bloquear el ácido retinoico se convierte en un objetivo terapéutico con gran potencial.
Disulfiram: la inesperada nueva esperanza para personas con retinitis
El disulfiram, conocido por su uso en el tratamiento del alcoholismo, ha emergido como una nueva esperanza para personas con retinitis. Al inhibir la producción de ácido retinoico, este fármaco permitió a ratones con degeneración retiniana recuperar la percepción de formas simples y escenas complejas.
También se han probado otras estrategias, como el compuesto experimental BMS 493 y técnicas de interferencia de ARN, todas con resultados similares. Esto sugiere un camino claro: reducir la hiperactividad neuronal permite mejorar la percepción visual.
Mejoras que impactan la vida cotidiana
Los investigadores apuntan a que, si los resultados se replican en humanos, estas terapias podrían mejorar la calidad de vida de miles. Aunque no representan una cura definitiva, incluso una mejora parcial puede significar independencia visual, como leer o reconocer rostros.
Una ventaja clave es que el disulfiram ya cuenta con aprobación regulatoria, lo que agiliza los ensayos clínicos. Se planean estudios en pacientes con retinitis pigmentosa avanzada, lo que marca un paso firme hacia tratamientos accesibles.