Jonuta ve: la depredación de Chole Villamayor


*“¡Ay de los que llaman a lo malo bueno y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!”*Isaías 5:20*
*La historia de Jonuta parece escrita en los pliegues de un libro maldito: cada trienio, el pueblo espera el amanecer y recibe un eclipse. Cuando María Soledad Villamayor Notario levantó su voz contra la podredumbre de Eric Garrido, la gente creyó que había nacido un nuevo tiempo. El manto de honestidad la envolvía y los jonutecos, cansados de la rapacidad de siempre, la empujaron a la silla municipal con la esperanza de que la vara de hierro juzgaría a los corruptos*
*El velo de honestidad que cubría a María Soledad Villamayor se rasgó como el del templo en Jerusalén. La maestra que juró combatir la corrupción se ha convertido en su discípula. Su pleito con Eric Garrido no fue por amor a la justicia, sino porque no fue invitada al banquete de los negocios turbios. Y cuando alcanzó el poder, el cántaro se quebró en la misma fuente: en apenas diez meses, la corrupción, el nepotismo y el tráfico de influencias se convirtieron en el pan de cada día*
*El símbolo de la traición a Jonuta se llama rancho San Cristóbal. Ubiquemos: no fue una escuela construida, ni un hospital terminado, ni calles pavimentadas lo que marcó el sello de su administración. Fue la compra descarada de una hacienda en varios millones, firmada y presumida por su marido Armando “Tuko” Correa. Mientras ella recorta sueldos a funcionarios y predica austeridad como evangelio, su consorte reparte quesos y presume abundancia. La palabra se cumple: “En arcas abiertas, hasta el más honrado peca”*
*Se cayó la máscara. Jonuta, que creyó en una mujer austera y decente, mira ahora a una mandataria que viaja y vuela en primera clase para escuchar a Shakira, mientras ordena despidos y reduce salarios. La misma que se rasgó las vestiduras contra el “chivo” Garrido, hoy se arropa con la piel de la misma bestia. Su gobierno se convirtió en un nuevo capítulo de la parábola del becerro de oro: el pueblo espera justicia, pero sus líderes se arrodillan ante la idolatría de la riqueza*
*El reino de la violencia. Pero la corrupción no llegó sola. Como los jinetes del Apocalipsis, la acompañan la violencia y la impunidad. El asesinato de la “Monse” en la cantina El Campesino recordó que Jonuta sigue siendo tierra sin ley, donde los sicarios entran y salen como Pedro por su casa, y la policía municipal brilla por su ausencia, convertida en comparsa de los grupos delictivos, porque los hijos de la alcaldesa son otro sello de la desgracia*
*Revisemos: el accidente de José Armando “El Chimi” Correa Villamayor, en vehículo prestado por una escolta municipal, demuestra que los excesos familiares se cubren con complicidad oficial. La historia parece encadenada a una maldición: hace más de una década, recordemos que también este sujeto causó un accidente fatal que cobró la vida de su novia, y gracias al tráfico de influencias del entonces alcalde Tuko, se libró la cárcel. Lo que en otros tiempos fue tragedia hoy regresa como farsa sangrienta*
*Entendamos: el mensaje es claro: el gobierno de Villamayor no se sostiene en la roca de la honradez, sino en el barro de la corrupción. Jonuta, que pensó desterrar el estigma de Garrido, sólo cambió de cimitarra y de verdugo. La maldición no se fue, se perfeccionó. Ahora el pueblo, cansado de promesas huecas, presencia cómo sus gobernantes convierten la alcaldía en botín familiar*
*Lo que debía ser casa del pueblo se transformó en cofre privado. Y mientras tanto, las calles siguen oscuras, la violencia no cesa, los servicios colapsan y la esperanza se consume como lámpara sin aceite. Jonuta no está bajo la cobertura de un gobierno honesto, está bajo el juicio de su propia elección: padeciendo lo votado. Jonuta entregó su confianza a una mujer de barro y está cosechando lo que sembró: un trienio de tormenta*
*El refrán popular confirma lo que la Escritura ya advirtió: “Raíz de todos los males es el amor al dinero” (1 Timoteo 6:10). El rancho de Tuko no es una hacienda, es un testamento vivo de cómo la ambición devora la honra. Jonuta esperaba un faro y recibió otra lámpara apagada. La maestra que un día se levantó contra la corrupción, hoy es parte de la procesión de los caídos*
*Inocultable es que los hijos de la alcaldesa, enredados en accidentes, arrebatos y excesos, cargan con la misma maldición que ya antes arrastró a la familia, dejando cadáveres en la memoria colectiva y silencios comprados con tráfico de influencias. La administración de Villamayor es espejo de Garrido: ambos iniciaron con discurso de pureza y terminaron chapaleando en el lodo. Jonuta no ve gobernantes, Jonuta ve la depredación de Chole Villamayor*
*SÉPTIMO SELLO*
*En la plaza pública del poder, en la liturgia matutina donde se reparten verdades y simulacros, la secretaria de Educación Patricia Iparrea dejó caer una sentencia que resonó como martillo en yunque: “ningún sindicato podrá sujetar las manos de sus agremiados ni prohibirles buscar otra bandera sindical. Quien lo intente, dijo, estará discriminando, y la ley, cual espada flamígera, se levantará contra él”*
*Dicha declaración parece sencilla, pero en el trasfondo late un terremoto. Durante décadas, los maestros han sido rehenes de indebidas ataduras de centralismos gremiales, tratados no como seres libres, sino como fichas de un tablero político. En los templos sindicales, el voto no es un derecho, sino una obligación disfrazada. La consigna es obedecer al dirigente, no escuchar la conciencia*
*Hoy, la palabra oficial con justicia proclama que el magisterio no debe ser controlado por nadie. Cada maestro, cada maestra, podrá elegir en libertad el techo sindical bajo el cual se ampare. Es el principio básico de la democracia aplicado a quienes moldean conciencias infantiles. Y, sin embargo, sabemos que las serpientes del poder nunca mueren: se arrastran en silencio, esperando el descuido para morder y volver a enredar*
*SÉPTIMA TROMPETA*
*Dimensionemos: la voz de la secretaria Iparrea Sánchez es un faro encendido en medio de la noche sindical. Es un recordatorio de que el maestro no es esclavo, sino artesano libre de la educación, y que quien pretenda meterle cadenas bajo la mesa se encontrará con la justicia, aunque lenta, inexorable. Pero atención: este anuncio no es el fin de la batalla, sino el comienzo*
*El hierro viejo de los sindicatos no se derrite con discursos; se forja de nuevo con vigilancia, con maestros que no acepten de nuevo la mordaza. Porque si la educación es la luz, el sindicato libre debe ser el candil que no se apague, no la sombra que acecha tras la puerta. Y si la palabra de hoy es verdadera, entonces el magisterio puede empezar a escribir, con tiza limpia, una lección que no cabe en pizarrones: la libertad no se mendiga, se ejerce*
*SÉPTIMA COPA*
*En Frontera los demonios andan sueltos, el alcalde Saúl Armando Rodríguez parece estar cuidado por los delincuentes, quienes no lo están son los ciudadanos que sufren a diario secuestros exprés, quema de bodegas, empleadas levantadas y daños a comercios “boutiques” que son baleados. La sociedad tiene miedo porque a cada delito sigue la amenaza tajante: “si se sabe regresamos y aténganse a las consecuencias”*
*Todos en el pueblo tienen miedo de hablar. Todos comentan en susurros, nadie dice nada, sólo quedan las imágenes de los comercios baleados, mientras despreocupado el alcalde Saúl Armando camina feliz de la vida, en Frontera siguen haciendo de las suyas. Al equipo Armagedón mañana le espera una “pavita con macarrón y papa en Balancán” visitaremos el pueblo de doña Betty Castañón y el jueves tiene cita en Centla en el Restaurante ModeLuis para saborear un delicioso ceviche blanco*