Los culpables acusan


“El que escarba foso caerá en él; y el que revuelve la piedra, sobre él le volverá” Proverbios 26:27
*Washington. No fue asilo, pero sí refugio y escenario político. Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas cruzó la frontera para levantar la voz en el corazón del imperio y contaminó la agenda nacional. Lo hizo en un video breve, entre frases vacías y fondo diplomático, con tono triunfalista, como si gritara desde el desierto: “¡No me he rendido!”. Washington necesita leña y gasolina que incentive el fuego que arde en la execrable e inagotable pira prendida por Ovidio Guzmán*
*Las consecuencias de todos esos incendios incentivados por arrebatados vientos pasionales, todavía no se dimensionan. Ubiquemos: detrás del discurso, se esconde el verdadero mensaje: el dirigente nacional del PRI decidió voltear la mesa y antes de que lo desafueren, desafía al régimen con una acusación mayor: el narcopoder ya no es una sospecha, es estructura de gobierno. Todos velan armas y prenden flechas envenenadas: Morena desesperada, no esperó*
*De inmediato respondió con la maquinaria que conoce: denuncias viejas recicladas, fiscalías alineadas, expedientes administrados al gusto del guion. Otro frente abierto no esperado: el fin de semana Proceso y medios internacionales desataron nuevas tormentas mediáticas que siguen ventilando con inesperadas evidencias los vínculos de Adán Augusto López Hernández con una célula del Cártel de Jalisco en Tabasco; rabioso y agresivo sonó el “cascabel” y la Sección Instructora de San Lázaro desempolvó carpetas contra Alito por peculado, usurpación y extralimitación*
*El mensaje es claro, contundente: aunque el juego es viejo: “Si me acusas de crimen organizado, yo te acuso de corrupción”. Lo nuevo y hay que entenderlo es el escenario: ahora las acusaciones escalan fronteras. El dirigente priista promete entregar documentos al FBI, la DEA y la OEA. Es decir, internacionaliza el conflicto político y empuja a Morena al banquillo global de los acusados ¿Será inocente Alito? Nadie lo cree ¿Es culpable Morena? Teme que se le sigan viendo las pantaletas*
*Porque si el exilio voluntario del líder priista se convierte -a como se deja sentir- en expediente internacional, el gobierno de Sheinbaum enfrentará no sólo presión electoral, sino que la presión diplomática aumenta, mientras Donald Trump observa y sonríe al tiempo que se soba las manos y medita ¿Qué culpa tiene la estaca? ¡Si el sapo salta…! Es entendible que este juego de espejos no lo resolverán con mañaneras ni con distractores de ocasión*
*Claudia Sheinbaum, calla, es cierto. Asume posiciones y pretende gobernar con rostro de firmeza, pero ya resuena el eco de la inestabilidad de haberse “sacado la rifa del tigre”. Los señalamientos crecen y se multiplican: El crimen organizado no sólo permeó a la oposición. Según la denuncia que cruza fronteras en voz de Alito, también lo hizo en Palacio Nacional, en Tabasco, en gobernadores, en operadores y en el círculo íntimo del expresidente*
*Los tiempos han cambiado. Ya no es suficiente gritar que “Alito es corrupto” cuando en las calles se murmura que el Estado está infiltrado y el fuero de Adán Augusto se convirtió en el escudo protector del narco. El PRI desesperado y enloquecido quiere incendiar la pradera. Y Morena, en vez de apagarla con justicia, la combate con humo, pipas completas de huachicol y ramas secas. Porque la pregunta ya no es quién es más corrupto*
*La verdadera pregunta es: ¿Quién de los dos está más cerca del crimen organizado y quién los protege? Si el gobierno quería silenciar el brutal escándalo de Adán Augusto, cometió un error de cálculo: convirtió a Alejandro Moreno en perseguido político, en embajador de la denuncia, en testigo incómodo con acceso a micrófonos en Washington. Y ahora el fuego se propaga. “Los vamos a echar para atrás”, dijo Alito. Tal vez no lo logre. Tal vez caiga*
*Una cosa es innegable: si lo hace, sabe de antemano que se llevará a varios consigo. Porque en este juego de las manos manchadas, ya nadie es inocente. Y el que escarba foso ya siente cómo el borde se desmorona. Tirios y troyanos saben que ambos tienen el mismo ADN, que ambos son esclavos de la lepra y que en toda esta lucha de lodo y tiradero de boñiga, nadie es inocente y sólo los culpables acusan*
*Séptimo sello*
*Que tan mal está el escenario nacional que ni los viajes en primera clase de los morenistas que vacacionan en el extranjero, ni sus platos de lujo en restaurantes de cinco estrellas, ni el show mediático de la FGR contra “Alito” han logrado borrar la imagen central: del Adán morenista que arde con doble carga de tinto y la imborrable la imagen del Tabasco que heredó: sangrante, políticos, notarios y empresarios rodeados de criminales con placas, casinos, jugosos negocios sucios, tráfico de huachicol y migrantes*
*Séptima trompeta*
*La cosa está mala: el país ya no compra distractores. Ya no cree en los golpes mediáticos. Porque sabe qué si hay un “pecado original” en la 4T, ese pecado ha permead a nivel nacional y se llama protección al narco desde el poder. Y ese pecado no se borra con comisiones, ni con arengas, ni con promesas, ni con programas electoreros. Se borra con justicia. Y si no hay justicia… habrá juicio. Es cuestión de tiempo*
*Séptima copa*
*Las llamas del incendio de esta semana no las prendió la oposición ni la prensa “conservadora”, sino la portada del semanario Proceso, titulado con justicia y precisión: “Los pecados de Adán”. Fin de semana que quema y no fue metáfora: cinco páginas que desenredan la telaraña política, policial y criminal que permitió que La Barredora, célula del Cártel Jalisco Nueva Generación, operara impunemente en Tabasco bajo la sombra protectora del gobierno estatal al mando de Adán Augusto López y Carlos Merino Campos*