Usted, ¿simpatiza con la I.P. o con la P.I?


En los viejos tiempos de la política tabasqueña, el ambiente frisaba entre lo cultural y lo político-desmadroso.
En una de esas relaciones entre políticos un día se conectaron en el feudo del viejo “Loncho“ Zurita, el Café Casino” dos antiguos amigos, don Agapito Domínguez, quien buscaba la gubernatura del estado y el insigne y culto poeta, . que buscaba ser gobernador de Tabasco, y el insigne poeta Carlos Pellicer. Había entra ambos una fraternidad que los unía de verdad en como hermanos, sus carlas se hicieron legendarias.
Recordaban aquellas reuniones de la Generación del 97 española. Tabasco dedicaba sus mejores afanes a la buena educación y a la cultura entre gente que leía y se cultivaba en hermosísimas reuniones
El poeta, le preguntó al desgaire: “Oye Agapo, y si llegaras a la guberanatura ¿qué harás con la I.P.? Don Agapito, festivo y ruidoso como era le contestó. No son mi prioridad, por ahora querido Carlos, pero una cosa si te digo: “No me quitan el sueño; les puedo dar chamba los tres o seis año que dure en mi puesto. Les inventaré un Instituto de Cultura, los haré directores de algo. Y si se ponen pendejos y pretenciosos, que no lo creo, les conseguiré una embajada de cualquier pendejada en Perís o una representación en España o Italia.
Todos serán felices, te lo aseguro. . Estarán bien contentos estos cabrones.
Así se resolvían los problemas antes. La Iniciativa privada (la I.P.) son los dizque empresarios de ahora, si los metes a la nómina son felices. Dales una comisión bien pagada y serán felices. No sé ahora.
“Carlos, decía don Agapito, con los que tengo muchas broncas que resolver son con los la P.I. (Los privados que no piensan). Esos son los que te causan todos los problemas (cualquier parecido con Adán Augusto sería una mera coincidencia (Dicen que en el futuro, muchos tabasqueños se irán a vivir a Brasil, para bailar samba en el “sambódromo”. Tu sigue creando poesía, deja que yo haga la política….