HASTA PRONTO, QUERIDO ALEJANDRO
Cuando escribo de mis hermanos periodistas muertos, un dolor me atenaza el alma. Mis hermanos de generación se caen en nutridas caravanas enfrentando a nuestra madre muerte. Son ya muchos los que han caído ante la salvaje guadaña de la señora que viene implacable por cada uno de ellos.
Pero Alejandro Gallegos no era de mi generación. Lo conocí en el vaivén del trabajo diario. Primero como aprendiz, después como director de su propia publicación. Nos hicimos amigos, primero, y hermanos del mismo oficio después.
Así es el oficio del periodismo. Somos relativamente fuertes con nuestra palabra escrita, pero demasiado frágiles cuando la fuerza de las armas arrasan con la fuerza de nuestro bolígrafo.
Nuestra fuerza es de risa. Nuestra valentía termina cuando violentamente alguien defiende su territorio plagado de armas que no perdonan ningún acto de heroísmo. Así es el periodismo de ahora: Quiere hacer historias de vida pero hoy esa vida ya no se respeta.
Pergeñar textos desafiando a la fuerza no es un negocio que rinda. Las autoridades han perdido su poder. Y nosotros, una tropilla inerme no tiene ese vigor que antes creaba héroes. Le pido a Dios que reciba en su jardín donde van a los jóvenes con todos los honores. Nuestra sociedad estuvo preocupada por su desaparición y hoy que su existencia ha sido segada le pedimos a dios, nuestro señor y padre, que nos proteja de esas fuerzas tan poderosas y temibles….Que descanse en paz, el querido hermano Alejandro Gallegos León….