Sheinbaum, lo que le espera
Claudia Sheinbaum Pardo recibió su constancia de mayoría como presidenta electa de México, pero eso ya no es una buena noticia para la mayoría de los mexicanos.
El país que le heredará López Obrador no se encuentra en los mejores momentos de la historia como para celebrar su llegada a Palacio Nacional a partir del 1 de octubre. Eso debe tenerlo muy claro la morenista.
México se acerca a los 200 mil homicidios dolosos al finalizar el sexenio de AMLO como se había previsto en las proyecciones de seguridad y violencia realizada por especialistas en la materia.
Y todo hace indicar que, aún y con el fracaso, Sheinbaum Pardo mantendrá la política de ‘abrazos no balazos’ que emprendió el tabasqueño como parte de la cuarta transformación y con el que pretendía pacificar el país.
Otro pendiente con el que tendrá que cargar a cuesta la ahora presidenta electa es el de la salud y el engaño de que este sistema sería mucho mejor a los de Dinamarca o Canadá.
La modernización hospitalaria y el abasto de medicamentos seguirán siendo los grandes retos del próximo gobierno si es que se quieren comparar con los de primer mundo para tener algo que presumir.
Con una administración endeudada no se ve como en el corto y mediano plazo Sheinbaum podría escalar al que ha denominado el segundo piso de la cuarta transformación.
Si López Obrador ni por asomo se acercó al 4% del promedio anual del crecimiento económico de México, no se ve cómo la próxima presidenta enderece el rumbo de este país.
Los indicadores no son nada halagadores en materia de empleo, combate a la pobreza y la corrupción, educación, salud, seguridad, apoyo al campo, inversión extranjera, sólo por citar los más importantes.
¿Alcanzará el presupuesto para seguir financiando los programas sociales, como becas, apoyos a adultos mayores y para jóvenes que ni estudian ni trabajan?
No será sin duda una tarea fácil, máxime si desde Palenque se seguirán dictando las órdenes y dando fórmulas que no han funcionado.
