May y la corrupción del TSJ
Erwin Macario
En México —el país más surrealista del mundo, André Breton dixit—, la realidad supera la ficción. En El Padrino, Mario Puzo no se atrevió a fijar la unidad y el poder de las Cinco Familias, como sí vemos en Tabasco.
La política activa es la diferencia entre la novela y la realidad. Los dos principales capos tendrán poder e inmunidad (impunidad, diría). Ambos en el Congreso de la Unión: Adán Augusto López Hernández, senador; Jaime Lastra Bastar, diputado.
Un tercero, Hernán Bermúdez Requena, está protegido en el extranjero. En Canadá, se rumorea.
El más débil, el doncito, Emilio Contreras Martínez de Escobar, quinto capo —Anthony Stracci, en la novela; Víctor Stracci, en la película— recoge las sobras de la mesa.
Adán Augusto, toda proporción guardada, puede ser el Don, Vito Corleone; Jaime, Philip Tattaglia; Hernán, Giuseppe Mariposa, de la familia Barzini, de la obra novelada.
La propia política nos muestra ahora a quien jerárquicamente podría ser el cuarto capo: Don Enrique Priego Oropeza. Así, con D mayúscula, como ya he escrito.
Don EPO podría ser, insisto, Ottilio Cuneo, conocido con el apodo de “Leo el Lechero” en la novela de Puzo. Un don cuyas actividades criminales no sospechaban las autoridades.
Adán Augusto y Hernán Bermúdez, operaron desde el Poder Ejecutivo. Jaime Lastra, desde el Legislativo. Don EPO, quizás desde el Poder Judicial.
Informaciones filtradas a este columnista —en medio del cambio de Gobierno, con Javier May Rodríguez y las presuntas reformas al Poder Judicial en el país—, señalan corrupción en el Tribunal Superior de Justicia.
Ésta y la salida de Jaime Lastra de Tabasco, así como la pérdida de control en el TSJ, obligaron a Don Enrique Priego Oropeza a tirar la toalla como presidente del Tribunal Superior de Justicia, no obstante que su periodo vence hasta el 2028, por que fue reelecto el 6 de diciembre de 2023, por cinco años más.
El pasado 7 de junio, Don EPO anunció que dejará el cargo el 30 de septiembre, un día antes que inicie el gobierno del morenista Javier May, con lo que hasta el Poder Judicial se sacudirá a los viejos priistas que Adán Augusto incorporó a su gobierno fallido, que le hereda una pesada carga al nuevo gobernador. (Continuará)
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