¿Qué oculta Merino?
Por si algo le faltaba a este gobierno, el de Tabasco, desde ayer anunció la decisión de acallar a sus funcionarios a quienes prohibió hacer declaraciones a la prensa y de pasó limitar la libertad de expresión.
No es nada nuevo para el periodismo, que una vez más se incurra en una errática política de medios de comunicación implementada por esta administración, primero con Adán López y ahora en el interinato de Carlos Merino.
No hay que olvidar que el frustrado aspirante a la presidencia de la república y ex secretario de gobernación desde que llegó a Palacio de Gobierno desapareció de un plumazo el área de Comunicación Social dejando sólo una oficinita hacedora de boletines.
Por eso, una vez roto los canales de difusión con la prensa, radio y televisión, este gobierno ha sido pésimo en informar de los temas que preocupan y ocupan al pueblo de Tabasco.
Ahora, a tres meses de concluir este gobierno, el interino Carlos Merino tuvo la ocurrencia de prohibir a los funcionarios dar entrevistas de banqueta a los reporteros bajo el supuesto de que harán conferencias cada semana para hablar de los ‘logros’ de la administración estatal antes y despúes del sexto y último informe de gobierno.
En el fondo, para nadie es un secreto que la dupla Adán-Merino quedaron a deber a los tabasqueños en materia de salud, educación, obra pública, seguridad, desarrollo económico y social, a pesar de que por primera vez en la historia el presidente es de Tabasco.
¿De qué ‘logros’ estarán informando entonces cada semana al pueblo de Tabasco?
Pareciera más que la medida restrictiva a los funcionarios tiene que ver con una información periodística, publicada ayer mismo, donde se revela que la administración adancista ocultó una deuda de 13 mil millones de pesos en este sexenio.
La portada del medio, uno de los consentidos de la 4T, dio a conocer que en base a documentación, tanto Adán como Merino recurrieron a prestamos bancarios de entre 2 mil y 3 mil 500 millones de pesos.
Estos recursos, según la nota destacada a ocho columnas, supuestamente habrían cubierto obras que dejarán inconclusas y que heredarán a la administración entrante.
Todo hace indicar que por ahí va la mordaza a los funcionarios públicos para que no haya fuga de información y rendición de cuentas, como ha sido una de las prácticas de este gobierno de la llamada Cuarta Transformación. Así se ve.
