Tendiendo Puentes (JMR)
Por: Mario Gómez y González
En la democracia es cuasi obligatorio tender puentes y lograr mínimos consensos para gobernar en paz; las posturas triunfalistas y celebraciones excesivas que irritan a los de la otra vertiente en nada contribuyen a la armonía social.
El péndulo político, regla de oro, se dan en todas las sociedades y sistemas, por ello los triunfos de hoy duran poco y menos aun cuando avasallan las corrientes diversas.
La historia nos dice que las acciones que violentan, avasallan y menosprecian a la otra orilla generan reacciones similares cuando el péndulo cambia de dirección.
Bien harían los triunfadores de hoy meditar sobre lo efímero de su estrellato y pensar que estarán en otras orillas en menos de lo que creen y será en ese momento cuando se tome medida de sus acciones y actitudes.
Tender puentes, ha sido la metáfora empleada por muchos gobernantes, en referencia a la necesidad de diálogo con todos los sectores ciudadanos, para alcanzar consensos básicos en torno a diversos asuntos de interés nacional, regional, estatal, local, municipal y demás.
Tender puentes sí, pero sobre aguas agitadas por una oposición beligerante, antidemocrática o grupo político poderoso (AALH), que no cree en el intercambio de opiniones diversas y, muchas veces, adversas.
Bajo esa premisa, es evidente que Javier May Rodríguez, tiene el reto de no solo tender el paso colgante sobre el abismo de la incomunicación y sordez política, sino de ser escuchado y escuchar al otro, como un ejercicio elemental de convivencia democrática incluyente.
Ya lo decía en su momento un destacado diplomático europeo: “En política, soy partidario de tender puentes y no de volarlos”.
En todos los corrillos, desayunaderos, cafés y la mismísima “Radio Bemba”, el tema de la presidencia municipal de Centro (su candidata y el proceso comicial venidero), sigue vigente y “aportando”, toda clase de interrogantes y conjeturas, ya que-para nadie es un secreto- Yolanda Osuna Huerta, no pertenece al grupo que gobernará la entidad próximamente.
Es evidente, que Yolanda Osuna, no era la candidata de Javier May (era Daniel Arturo Casasús Ruz); sin embargo, las condiciones y negociaciones políticas ubicaron al comalcalquense en este escenario, porque como mandatario y jefe del grupo político que le corresponde ejercer el poder, no es bueno que la capital del estado esté al mando del grupo opositor.
Obviamente, que Javier May, sabe y conoce (de hecho, lo ha palpado), del poderío que aún tiene en Tabasco Adán Augusto López Hernández; sabe de los boquetes financieros que le habrán de “heredar”, así como de todos y cada uno de los problemas, terrenos y geografías “minadas”, por las que habrá de transitar su administración.
Lo anterior nos conduce a que, al “aceptar” la candidatura de Yolanda Osuna, Javier May, de entrada, intenta suavizar su ríspida relación (inexistente, políticamente hablando) con Adán Augusto López, hasta en tanto no sea declarado oficialmente gobernador electo de Tabasco; vaya, tendió puentes.
Una cosa es el actual escenario de las elecciones y otro es y será, cuando Javier May- ya con el papelito en la mano- empiece a ejercer el poder y el mando como mandatario estatal; aún en el marco de un gobierno federal que podría ser adverso a Morena; varias alcaldías locales en manos opositoras y la “repartición” de poderes en el congreso estatal.
Por lo pronto, el comalcalquense necesita llevar la fiesta en paz y que el ambiente político no se le enrarezca; por ahora, apoyará y sostendrá, pero poco más adelante, varios de estos “asuntos”, estarán en su escritorio como de “urgente solución” (a como puede ser lo de la UJAT; más no lo del TSJ, pues Enrique Priego, es disciplinado e institucional y dado el momento, le entregará la dependencia al mandatario); lo mismo que otras instituciones, tanto políticas, como académicas, organismos descentralizados y demás entes.
La historia política de Tabasco, nos cuenta varias historias en el marco de la presidencia municipal de Centro y que ejemplifican el tendido de los puentes: en tiempos de Leandro Rovirosa Wade, Pascual Bellizia Castañeda, no fue el candidato del Ingeniero; sino que, por ser amigo de Enrique Olivares Santana (titular de la SEGOB y fuerte aspirante presidencial), Bellizia Castañeda, la logró.
Don Leandro, tendió puentes con Olivares Santana, a pesar de que cuatro de sus funcionarios de gabinete querían ser presidente municipal de Centro; a saber, Salvador Neme Castillo, Carlos Elías Dagdug Martínez, Amador Izundegui Rullán y Pedro Javier Reséndiz Medina.
Cuentan que don Leandro, se sentía muy presionado por su poderoso secretario de gobierno-Salvador Neme Castillo-por lo que le vino “como anillo al dedo”, darle la candidatura al Centro a Pascual Bellizia Castañeda, ya que de paso le guiñó el ojo a Olivares Santana.
Casi lo mismo sucedió con Amador Izundegui Rullán, pues no congeniaba con Enrique González Pedrero (don Amador, era muy directo en su trato con él y no se le achicaba, ni se dejaba intimidar); sin embargo, contaba el urólogo con la simpatía y amistad personal con el entonces titular de la SEGOB y presidenciable, Manuel Bartlett Díaz, por lo que don Enrique, para llevar la fiesta en paz y estar bien con Bartlett, accedió a darle la presidencia de Centro a Izundegui Rullán.
Cierto es que Amador Izundegui, en sus primeros dos años como alcalde, no contó con todos los apoyos, recursos y programas que si tuvo su antecesor en Centro Gustavo Rosario Torres; y no fue hasta que don Enrique se va a la campaña de Carlos Salinas de Gortari y llega al gobierno de Tabasco, José María Peralta López, quien sí apoyó a Izundegui Rullán, en el último tramo de su trienio.
Jaque Mate** Como verán amables lectores, el tender puentes es parte de la historia política de Tabasco (y de la estrategia); ahí es parte de la razón por la que Javier May, trata de no dinamitar más la geografía política de la entidad; ya en su momento, las reglas van a cambiar y vendrán los ajustes. * fue todo por hoy* hasta mañana Dios mediante.
