UJAT: Crisis de Legalidad
Por: Mario Gómez y González
Cuando se habla de legalidad, el concepto nos lleva a la legitimidad, la licitud, la validez, la ley, el derecho y la justicia.
No hay modo de echarse para atrás y ante el axioma jurídico de todos conocido que señala, “a confesión de parte, relevo de pruebas”- quien confiesa algo, libera a la contraparte de tener que probarlo-, es innegable que la UJAT, está sumergida en una grave crisis de legalidad. Y apenas, es el principio.
Luego que el Colegio de Abogados Tabasqueños (CAT) considerara fáctica la reelección de Guillermo Narváez Osorio como rector de la UJAT, por haberlo hecho con una Junta de Gobierno “vencida”, el jefe nato de la máxima casa de estudios, admitió que los integrantes de este consejo se encontraban en la condición que señalaron los especialistas en la materia.
lo más grave, es que quienes tendrían la obligación de ceñir sus actos al estricto apego a la ley- en este caso la Ley Orgánica de la Universidad-son los encargados de pisotear, pasar por encima y burlarse de este instrumento que rige a la bien llamada comunidad Juchimán.
No se ha cumplido ni un mes del proceso relector, y no se puede legalizar la ilegalidad; es evidente que alguien debió hablarle al oído a Guillermo Narváez Osorio, y explicarle el polvorín en el que están sentados todos ellos y la misma UJAT.
¿Nombres?, el propio Rector Guillermo Narváez Osorio; el abogado de la universidad Rodolfo Campos Montejo, la Junta de Gobierno, en la persona de Gildardo López Baños y el resto de los miembros del Consejo Universitario.
Todos los antes expuestos, estaban conscientes de que actuaron al margen de la ley; no hay forma de justificar lo que hicieron en detrimento de la UJAT, propiciando un actual escenario de incertidumbre total, donde cualquier cosa puede pasar.
Ante el total desaseo del proceso de reelección en la Rectoría, todos ellos deben salir y dar la cara; pareciera que el impacto de lo sucedido no ha sido medido en cuanto a sus repercusiones que colapsaron y corrompieron a toda la UJAT.
Esta “chispita”, puede explotar más e incendiar el campus universitario; la secretaría de hacienda (SHCP), pudiera congelar las cuentas bancarias (salarios de los trabajadores estarían a salvo), hasta que no se aclare y se reponga el proceso, tal a como pasó en la Universidad de la Chontalpa (UPCH)
El congreso estatal, también pudiera intervenir, puesto que no hay certeza jurídica en torno al nombramiento del Rector, y no hay que olvidar que, por ahí, pasa la revisión de participaciones locales para la UJAT. La secretaría de educación estatal (SETAB)-Egla Cornelio Landero-, lo apostamos desde ahorita, guardará silencio cómplice, aunque tenga cosquillas en el gaznate por hablar.
Vaya, hasta los mismos sindicatos- el STAIUJAT y el SPIUJAT-deben firmar los acuerdos de los contratos colectivos de trabajo bajo protesta, hasta todo sea aclarado y repuesto.
Reponer todo el proceso supone nuevos nombramientos y nuevas ternas, en donde no pueden ni deben participar los que no tenían legalidad para ello y se prestaron a lo sucedido; en esta tesitura, podría haber nuevo Rector.
Y es que, el principio de legalidad es un principio jurídico fundamental utilizado por la mayoría de los estados de derecho modernos, conforme al cual todo ejercicio de un poder público debe realizarse acorde a la ley vigente y su jurisdicción, no a la voluntad o arbitrio de personas particulares o mandatarios.
El principio de legalidad representa el andamiaje que recubre a la ley y comporta uno de los primordiales principios del derecho público y del Estado contemporáneo.
Hay síntomas de que la legalidad-en la UJAT- está en crisis, que sus referentes, supuestos y valores han quedado en entredicho, y que ya no suscitan ni compromisos ni entusiasmos ni lealtades, y todo ello por la acción del poder y, lo que es más grave, por el descrédito de sus principales actores y reglamentos.
Jaque Mate** mientras tanto, ¿qué hacemos con la UJAT? * ¿se podrá legalizar la ilegalidad? * ¿con los mismos? ** Hasta mañana Dios mediante.